¡Abre bien los ojos! Las 5 enfermedades visuales más comunes en niños

¡Abre bien los ojos! Las 5 enfermedades visuales más comunes en niños

La visión es fundamental para el desarrollo y aprendizaje de los niños. Detectar a tiempo cualquier problema visual puede marcar la diferencia en su crecimiento. Aquí te presentamos las 5 enfermedades visuales más comunes en la infancia:

1. Errores de refracción:

  • Miopía: Dificultad para ver de lejos
  • Hipermetropía: Dificultad para ver de cerca.Hipermetropía en niños
  • Astigmatismo: Visión borrosa o distorsionada a cualquier distancia.

Estos errores ocurren cuando la forma del ojo impide que la luz se enfoque correctamente en la retina. Se corrigen con lentes o cirugía.

2. Estrabismo:

Desalineación de los ojos, donde un ojo mira al frente y el otro se desvía hacia adentro, afuera, arriba o abajo.

Estrabismo en niños

Puede causar ambliopía (ojo vago) si no se trata a tiempo. El tratamiento incluye parches, lentes, terapia visual o cirugía.

3. Ambliopía (ojo vago):

Disminución de la visión en un ojo debido a la falta de uso durante el desarrollo visual temprano. El cerebro “apaga” la imagen del ojo más débil para evitar la visión doble.

Se trata con parches en el ojo fuerte para obligar al cerebro a usar el ojo débil.

Ambliopía en niños

4. Conjuntivitis:

Inflamación o infección de la conjuntiva, la membrana que recubre el párpado y la parte blanca del ojo.

Causa enrojecimiento, picazón, lagrimeo y secreción. Puede ser causada por virus, bacterias o alergias.

Conjuntivitis en niños

El tratamiento varía según la causa e incluye gotas antibióticas, antihistamínicos o compresas frías.

5. Orzuelo:

Infección bacteriana de una glándula sebácea en el párpado. Causa un bulto rojo, doloroso e inflamado en el borde del párpado.

Orzuelo en niños

Generalmente desaparece por sí solo, pero las compresas calientes pueden aliviar el malestar. En algunos casos, se necesitan antibióticos.

Recuerda:

  • La detección temprana es clave para un tratamiento exitoso.
  • Lleva a tus hijos a exámenes oculares regulares, incluso si no presentan síntomas.
  • Presta atención a las señales de alerta como: frotarse los ojos, guiñar, dolores de cabeza, acercarse mucho a los objetos o tener bajo rendimiento escolar.

Ante cualquier duda, consulta con un oftalmólogo pediátrico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

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